miércoles, 4 de abril de 2012

Tema 2_Escuela y currículo en la educación grecorromana y paleocristiana.


Hace tiempo que vi la película “Agora” y por tanto lo que aquí hable será de recuerdos ya asentados. Me gustó por el tema, por el tratamiento cinematográfico (movimientos en picado y planos generales de la cámara), por las repercusiones éticas y filosóficas que se extendían en numerosos conflictos, que bien pueden alargarse en el tiempo y hasta aplicarse a la actualidad, me refiero al fanatismo religioso, al comportamiento gregario de la masas, a la esclavitud, al libre albedrío, a la tolerancia, entre otros.
Primero: Hipatia era una docente que enseñaba astronomía a hombres, algo excepcional en el mundo antiguo tanto por el tema (creo que quería confirmar que la Tierra giraba alrededor del Sol, la misma idea unos 1000 años más tarde casi le cuesta la vida a Galileo, y, Giordano Bruno, contemporáneo de éste, por afirmar la verdad: que somos una mota de polvo en un inmenso universo fue quemado en la hoguera por la Iglesia Católica (para que no gritase le cosieron con clavos la lengua al paladar) como por ser mujer.
Segundo: su muerte no fue como la escenifica el director de cine, Alejando Amenabar, sino del siguiente modo:
Fue asesinada brutalmente, mientras regresaba a casa en su carruaje, la golpearon y arrastraron por toda la ciudad. La desnudaron, la descuartizaron con conchas marinas y sus restos fueron paseados, en señal de triunfo, por toda la ciudad hasta llegar al Ciraneo (supuestamente el crematorio) donde los incineraron.”
Tercero: cuando se habla de pagano y de modo general, se refiere a la cultura clásica, pero también la cultura egipcia, la mesopotámica, la íbera, la celta, etc., es decir, todo tipo de cultura que no fuese cristiana o judía era pagana. El fanatismo cristiano arrasó con toda la herencia civilizadora del ser humano hasta entonces labrada, un ejemplo clamoroso es el incendio de una de las siete maravillas de la antigüedad, la Biblioteca de Alejandría.
Cuarto: frente a la tolerancia romana con las diversas religiones de cada pueblo, el cristianismo opuso el monismo de su verdad infalible y la no aceptación del prójimo si no es cristiano. Así, había dos caminos, uno, el cristianismo universal donde “lo más valioso del cristianismo no son las ideas –la “filosofía”- de que es portador, sino las acciones que le encaminan a su identificación con Cristo” (manual pp. 102), o dos, el exterminio pues para esta religión hombre y cristiano son sinónimos.

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