Saludos a todos:
Cuando hablamos de las nuevas tecnologías con mucha frecuencia asistimos a una especie de fascinación hipnótica que nos pierde. Parece que viajáramos en un mundo de ciencia ficción donde todo está permitido y donde nada es tangible ni duradero. Y esas ideas que se convierten en augurios se fundamentan, en gran parte, en apreciaciones estereotipadas: es la visión optimista del futuro.
Ahora bien si acercamos la vista al deterioro medioambiental, a la crisis energética, a las consecuencias ruinosas de la globalización, entre otras, conquistamos la visión pesimista del futuro. Quizás ninguna de la dos sean o serán exactas en sus predicciones, y algo similar sucedería con la Educación, que seguirá existiendo y acrecentándose en sus diversos escenarios, y protagonizada por variados agentes; seguiremos relacionándonos de persona a persona y no en mundos virtuales.
Las nuevas tecnologías son medios al servicio de la humanidad, no son finalidades ontológicas ni educativas; son las herramientas culturales del siglo XXI. Cabría preguntarse: ¿es la Educación la que debe amoldarse y someterse a las nuevas tecnológicas o al contario? Yo soy partidario de la segunda tesis, la primera nos lleva a la cosificación de nuestra especie. Un ejemplo, mucha literatura posmodernista ha sido recientemente puesta entredicho por Sokal en “Imposturas intelectuales”: ¿cuándo un Sokal en educación?
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